El dibujo es una disciplina que requiere ser cuidada y cultivada cada día; a través del ejercicio del apunte se consigue oficio y agilidad a la hora de la representación dibujantica.
Las diferentes técnicas dibujanticas se ponen de manifiesto a través del ejercicio del apunte, en el que se resuelve todo tipo de problemática de espacio, volumen y líneas. El apunte es, por decirlo de algún modo, la gimnasia diaria de la mano sobre el papel. Es el dibujo rápido con un fin de posterior trabajo. Tras una buena sesión de apuntes del natural, siempre se adquiere un mayor dominio del trazo y del espacio.
El apunte rápido
El apunte rápido consiste en generar instantáneas sobre el papel de aquello que se sugiere como modelo. La idea del apunte rápido supone una de las mejores gimnasias tanto para el cerebro como para la mano. A partir del dibujo continuado, las conclusiones que se obtienen siempre sirven de apoyo en los posteriores análisis de las formas.
Para la realización del apunte rápido tan solo se requiere una libreta y un lápiz, ni siquiera goma de borrar ya que este tipo de trabajo es personal y conviene realizarlo por sesiones, aunque estas sean cortas, captando en el mismo papel varias facetas del modelo. En un principio este tipo de ejercicios puede resultar complejo, pero a medida que se va ejercitando, los resultados son cada vez más positivos y el trabajo más fructífero.